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Que Movimiento Literario Es Edipo Rey



La literatura es una disciplina artística más, y por tanto sometida a las variaciones estéticas e ideológicas de las demás artes, a veces en concomitancia estrecha con ellas (históricamente). Voy a considerar en este artículo las principales escuelas literarias y movimientos asociados que han ido decantándose a lo largo de los siglos.




Que Movimiento Literario Es Edipo Rey




Las escuelas literarias son tendencias estéticas que se imponen en un determinado momento y lugar, aceptados por los autores y el público en general como los movimientos estilísticos e ideológicos predominantes en una época concreta.


Los movimientos y las escuelas literarias, en incontables ocasiones, han surgido como una reacción a la tradición inmediatamente anterior y esto es justamente lo que sucedió con el barroco. Además, por las circunstancias históricas (guerras de religión, persecuciones, etc.), se adoptó una actitud pesimista y una visión negativa del mundo. Todo ello influye en la literatura, que en vez de abrirse paso con un lenguaje abierto y natural, se centra en aspectos formales que se recargan hasta límites insospechados, con todo tipo de figuras y tropos (como sucedió en otras artes). Se reaccionó contra las normas estéticas clásicas y se buscó provocar como fuera, por medio de cualquier tipo de herramientas. En las escuelas literarias que consideramos representa un punto de inflexión importante.


Otra vez en la historia de las escuelas literarias, nueva reacción y oposición al movimiento literario predecente, en este caso el Romanticismo. Debido en parte a las profundas transformaciones que provocó la Revolución Industrial, creció la desigualdad, la pobreza y las tensiones sociales. El afán de los autores realistas se centró en reflejar con todo detalle ese entorno social complicado, lo que lleva a Balzac (en fecha tan temprana como la década de 1830) a iniciar La comedia humana, una serie novelística que trataba de ser una crónica completa de la Francia burguesa de la época. Lo mismo hizo Stendhal con Rojo y negro y La cartuja de Parma.


Fue un movimiento literario español e hispanoamericano emparentado con el parnasianismo y el simbolismo de origen francés (Baudelaire, Verlaine, Mallarmé). Representa una reacción, sobre todo en el campo poético, al realismo y al naturalismo. Se oponía a la burguesía y al materialismo reinante por entonces. Buscaba la perfección formal, un arte refinado, la vuelta a inquietudes espirituales, la oposición frontal a todo tipo de vulgaridad.


Entre las diversas escuelas literarias existentes a principios del siglo XX (más bien a partir del fin de la Primera Guerra Mundial), hemos agrupado bajo el epígrafe de vanguardismo a toda una serie de movimientos que perseguían terminar radicalmente con el pasado, obsesionados con la constante búsqueda de la originalidad, fuese en las formas o en los contenidos, más bien en ambos a la vez. Fueron tendencias muy efímeras (unas más que otras) y se caracterizaron por la publicación de manifiestos fundacionales del movimiento artístico considerado. Sirva como ejemplo el Manifiesto surrealista de 1924, promovido entre otros por André Breton.


Sin embargo, pese a la exposición anterior, podrían citarse decenas de escuelas literarias y movimientos alternativos, pero su enumeración excedería el espacio de un artículo normal. Por otro lado, es necesario decir que nuestra época (la actual) se caracteriza por el eclecticismo reinante, de forma que distintos escritores utilizan unas influencias u otras en función de sus propósitos iniciales respecto a la obra considerada. Otro aspecto a tener en cuenta en la actualidad es la importancia del marketing y de las operaciones comerciales de promoción.


Por lo general, se ajusta más a la época en que vivió Neruda. Se considera también la influencia que tuvo, tanto las del pasado y también los aportes que influyó para los movimientos que surgieron después de él. Dicho esto, Pablo Neruda se ajusta más al Vanguardismo y Modernismo con profunda influencia del Romanticismo. Saludos.


Buenas tardes:Su compilación sobre los movimientos literarios es muy buena, ya que en breve nos documenta de los movimientos más significativos que han surgido y el tiempo en que transcurren. Me quedó la duda si la vanguardia en realidad nación al principio de S.XX con Lugones, Arlt u otros aquí en Latinoamérica. Gracias por la información para mí es valiosa.


Otra cosa que habría que enseñarle, señor Mario, al tal "Anónimo" es que la cantidad y la calidad de la información no es la misma. Sobre el Modernismo, la página en cuestión dice literalmente, por ejemplo, que "se busca lo natural como la calve fundamental para resaltar las creaciones", lo cual es una muestra de ignorancia acerca de dicho movimiento.


Por su parte, el libro de Pereña tiene la virtud de afrontar muchos de esos temas desde una perspectiva muy personal. Es eminentemente filosófico, si bien su finalidad principal es la de dar solución a problemas sociales, políticos y humanos reales a través de una clínica psicoanalítica crítica, en la que se conjugan principalmente ideas de Nietzsche, Freud, Kafka, Walser y Sófocles entre otros muchos. Los freudianos más ortodoxos encontrarán sin duda una lectura de la clínica psicoanalítica demasiado nietzscheana, mientras que los más adeptos a Nietzsche se verán sorprendidos por las aplicaciones clínicas de algunas de sus ideas que Pereña encuentra en la tragedia. Pero, independientemente de las filias y las expectativas con las que el lector se adentre en el texto, se debe tener siempre en cuenta su vocación crítica y terapéutica. Por tanto, el nervio central del trabajo es la crítica de la sociedad y de la cultura contemporáneas, así como el estudio de las patologías que la propician, que se pueden resumir en el sufrimiento vital. Tal y como se presenta, es un sufrimiento derivado de un mal enfoque de las relaciones con el otro, enfoque que por lo demás es defectuoso por la mala influencia de la filosofía, la política y, en nuestra cultura, del cristianismo y sus tesis sobre la historia y la salvación. La tesis principal de todo el trabajo, en base a esto, se puede resumir en que, principalmente, por causa de esos tres elementos teóricos (filosofía, política y cristianismo), el individuo actual es incapaz de conocer y entender la sabiduría que nos muestra la tragedia sofoclea, y más concretamente la que nos ejemplifica la figura de Edipo. El rey tebano representa como nadie la falibilidad y precariedad de nuestros actos y, en consecuencia, de lo que somos, esto es, sujetos a merced de ese conjunto de hechos, necesidades, cambios, etc. que es la vida. También es movimiento, mutación--en la terminología del texto, pulsión--, y esto la opone a la fijeza impasible de la teoría. Estamos ante una dualidad irreconciliable según Pereña entre la teoría y la vida: o se acepta esta última sin ambages--aquí se empieza a sentir la influencia de Nietzsche--o se reniega de ella, o reconocemos que cualquier generalización de nuestros actos y pulsiones es pura ficción, o aprendemos a vivir con nuestras limitaciones, único primer paso posible para alcanzar algo parecido a la felicidad. No hay término medio.


Gilbert Durand, en un artículo en el que recupera una serie de consideraciones planteadas a través de varias investigaciones suyas acerca del mito-análisis, propone dos parámetros para la exégesis del mito que remiten, en última instancia, a la coexistencia de lo estable y lo cambiante, de lo racional y de lo que no lo es.9 Es de pensar que las apreciaciones (que en un primer momento están referidas al análisis e interpretación del mito) puedan ser aplicadas también a los poetas y a su propia poiesis. En este sentido, no parece incompatible, por ejemplo, la presencia de mythos y logos en un mismo rango de valoración en el fragmento 1 de las elegías de Jenófanes en un claro contexto religioso-ritual10. De hecho los filólogos de todos los tiempos acuerdan en que el presocrático de Colofón propone una nueva imagen de la divinidad y del mito frente a la ingenua, primitiva, e insolente presentación homérico-hesiódica de los dioses.11 Esta depuración de la noción de divinidad12, que puede suponer una percepción lógico-reflexiva de la realidad de los dioses, no por ello dejará de dar cuenta de una experiencia religiosa. Un ejemplo de apropiación y ampliación del mito lo encontramos ya en Trabajos y Días de Hesíodo. Luego del proemio, el poeta de Beocia ofrece una serie de tres mitos espiralados en modo creciente.13 El tercer relato, conocido como el Mito de las Edades, es anunciado por el poeta como un logos con el que coronará su exposición. Éste consta de la caracterización de las cinco etapas por las que la raza humana ha ido transitando. A saber: la Edad de Oro, la de Plata, la de Bronce, la Edad de los Héroes y la Edad de Hierro (la actual de Hesíodo). La lectura de este relato ha dado motivo a innumerables interpretaciones. Lo cierto es que, partiendo de la Edad de Oro, en las tres primeras se nota un claro movimiento descendente, en términos de degradación. Sin embargo, puede resultar un tanto sorprendente cuando el poeta se refiere a la cuarta raza, la de los Héroes, a la que califica como de "más justa y más valiente" (v.158). A ella le sigue nuevamente la degradación en una Edad de Hierro, la peor de todas, en la que "no existirá ni la justicia, ni la vergüenza" (vv.192-193). La estructura de todo el mito, factible de ser dividido en dos partes de tres momentos cada una14, ha hecho pensar a algunos estudiosos que el primer relato se trata de la recuperación por parte del poeta de Beocia de un muy antiguo mito indo-ario;15 mientras que el segundo momento sería la novedad hesiódica. Se acuerda, en general, en que el mito en su totalidad, junto con los dos anteriores (el de las Discordias y el de Prometeo-Pandora) y con la posterior Fábula del gavilán y el ruiseñor, les son funcionales al poeta para plantear y legitimar el tema de la díke y hybris (justicia y desmesura) que anticipan los consejos a Perses sobre la necesidad y valoración del trabajo. La ampliación del mito en la Edad de los Héroes (raza que no aparecería en el relato original indo-ario) y la de Hierro (que si bien es mentada y juzgada por el símil de un metal como las tres primeras, tiene un tratamiento especial, ya que alude a la edad del propio poeta), hacen pensar en una intención concreta. En efecto, sólo en estas dos últimas aparecen nombres propios.16 Se podría decir que Hesiódo en el segundo momento del mito proporciona un marco "histórico", por así llamarlo. Al relato arcaico, "ahistórico" (o que se pierde en la historia) de las tres primeras razas, le siguen dos nuevas edades que aluden a ciclos más cercanos: el tebano y el troyano. Incluso se llega al momento presente al que están sujetos el propio Hesíodo y su hermano. Si ya el mito tradicional oficia de escenario en el que se instalan, desarrollan, se corporalizan e internalizan las nociones de díke y hybris, la ampliación del relato ilumina de manera contundente el presente del poeta. 2ff7e9595c


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